martes, 29 de junio de 2010

EL MUNDIAL DE FUTBOL COMENTADO POR UN OBISPO TRES SACERDOTES Y UNA MONJA

Futbol, bendita pasión

Tres sacerdotes, un obispo y una monja le tienen la mirada puesta al Mundial de Futbol. En Juego Limpio, un programa de televisión único en su género, el Fair Play es cosa de todos.

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Ronald Díaz V. proa@nacion.com 10:43 a.m. 21/06/2010

Cuando al padre José Eduardo Barquero Valerio le hablaron de la idea de participar como comentarista en un programa de televisión, su primera reacción fue la incredulidad.

Róger Flores (derecha), capitán de la Selección de Costa Rica en Italia 90, fue invitado al programa para la primera emisión.

El presbítero Mario Segura, del Departamento de Comunicación de la Curia, le había planteado el proyecto de hacer yunta con los sacerdotes José Manuel Díaz (padre Sejo) y Carlos Roberto Durán Garita (padre Charlie) para que hicieran –frente a cámaras– algo que a los tres les fascina: ¡hablar de futbol!

Claro está que no se trataba de un programa cualquiera. Hablamos de un espacio sin precedentes en nuestro medio y, quien quita un quite, si también en la televisión mundial.

El reto es tan simple como particular: seguir, semana a semana, las incidencias del Mundial Sudáfrica 2010; eso sí, desde la óptica del fair play, concepto introducido por la FIFA (máximo ente rector del futbol mundial) para promover el juego sin trampas en los partidos de futbol.

Así nació Juego Limpio, un programa original del canal católico Telefides, cuya intención es aprovechar la atención generada por el máximo evento futbolístico para, de paso, anotarse un gol al llevar el mensaje de fair play al trabajo, la familia y la iglesia.

Además de los tres curas, el espacio cuenta con la participación de monseñor Ángel San Casimiro (el obispo futbolero) y la llamativa inclusión de una mujer. O, para ser más exactos, de una monja.

Se trata de la hermana Arashely Salazar, quien desde hace diez años realiza su trabajo pastoral en la comunidad de San José de Siquirres.

¿Y qué tiene que ver una religiosa con el futbol? Esa misma pregunta le pasó por la mente a la monja cuando le ofrecieron participar en Juego Limpio. “Consulté con mi Jesús y después de hacerlo, me pareció que desde este espacio podría dar a conocer otra cara. Llevo puesto un hábito que me identifica con esta opción de vida, pero no soy tan diferente del resto de las personas”, explica.

Arashely, conocida por su gran afición al futbol (una pasión heredada), vio en Juego Limpio una ocasión de servir de ejemplo a las más jóvenes y demostrar, dice, “que servir a Cristo no implica salirse de las actividades del mundo como si todo fuese malo.”

Antídoto contra la violencia

“Es una oportunidad de ser cristianos y jugar limpio en las áreas de la vida, tan diversas y tan exigentes de elección responsable”, manifiesta el padre Charlie, un entusiasta del trabajo en medios de comunicación radiofónicos, televisivos y escritos.

El cura, quien alguna vez valoró la idea de convertirse en futbolista profesional, deplora la violencia reinante en los estadios, tanto por parte de los jugadores, como en las gradas, o incluso cuando un árbitro abusa de su autoridad y falla en su función de impartir justicia.

“Creo que jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y todos nosotros, los aficionados, deberíamos buscar más el disfrute de tan hermoso deporte”, reflexiona.

El padre José Eduardo, más conocido como Chepín, es el encargado de la coordinación de Juego Limpio. El presbítero se toma muy en serio esta nueva responsabilidad y está consciente de la preparación que se requiere para estar al frente de un espacio televisivo de esta naturaleza.

Eso implica desde acostumbrarse a las cámaras, las luces y el maquillaje, hasta sacar el rato dentro de su jornada de trabajo para ver al menos unos minutos de los partidos en disputa. Esto, con el fin de tomar notas y estar atento a la “jugada limpia”, algo que hasta hace poco no formaba parte de sus actividades.

Para el padre Sejo, la violencia en las gradas, los lugares donde se ve el futbol y las canchas son un reflejo de la violencia social que sufre el país.

“Creo que algunos jugadores se vuelven muy mañosos y con tal de ganar, no juegan limpio. Pero nuestra principal preocupación es la de aquellos jugadores que luego no pueden jugar limpio en su vida personal, familiar y social”, comenta.

Juego Limpio posee un formato simple y a leguas se nota que los recursos técnicos con los que se produce son limitados.

Sin embargo, esto no preocupa a sus creadores, pues el enfoque de la programación de Telefides prioriza el contenido por encima de la forma.

“El principal atractivo es lo novedoso de los conductores, ya que normalmente a los sacerdotes se les conoce por su labor en la iglesia o la parroquia que tengan asignada, pero pocas veces trasciende su faceta de seres humanos, conocedores de muchos temas y aficionados al futbol”, afirma Asdrúbal Mena, productor del espacio.

Para Mena, el principal reto es y seguirá siendo demostrar que, con recursos limitados, es posible hacer un programa de televisión diferente, creativo y, sobre todo, que deje un mensaje en la sociedad.

“La televisión actual ofrece muchos recursos tecnológicos, efectos y sonidos, pero carece de fondo, de mensajes de reflexión y educación que generen opinión positiva”, añade.

Otro aspecto interesante del espacio es la participación de destacadas figuras del ambiente deportivo nacional, a quienes se les presenta como modelos a seguir en la implementación del fair play en distintas áreas de sus vidas. En su primer programa, el invitado fue el excapitán de la Selección Nacional, Róger Flores. En el futuro es posible que veamos a personajes como Bryan Ruiz y Mario Segura hablando del juego limpio en la familia, y a Ricardo Chacón y Evaristo Coronado desarrollando el tema del juego limpio en el estudio.

También se planea incorporar testimonios de vidas difíciles, entre otras novedades.

Juego Limpio nació con fecha de caducidad ya fijada, pues se transmitirá únicamente durante el tiempo que dure el Mundial de Futbol en Sudáfrica. El programa sale al aire los viernes de 8 p.m. a 9 p. m., con repetición los domingos a las 2 de la tarde.

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