domingo, 17 de abril de 2011

JUAN PABLO II (Consideraciones respecto a las propuestas de un reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, aprobada por Juan Pablo II el 28 de marzo de 2003)

Ya que estamos hablando de beatificación, recordemos , y veamos los actos por los cuales hay oposición  a su beatificación

Pregunta frecuente - ¿Dios crea homosexuales?

 

La respuesta a esta cuestión es NO.

El Vaticano II niega la verdad de que Dios no crea a personas homosexuales
57 Juan Pablo II, Nuevo catecismo, #23:
“La homosexualidad (…) Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado”.

Una falsa idea sostenida comúnmente en nuestros días es la siguiente: que Dios crea a ciertas personas homosexuales (o que la homosexualidad es por un resultado de algún tipo de problema “psicológico”). De hecho, es aparente en nuestra contacto con personas que la mayoría de aquellos que se consideran “católicos tradicionales” creen que no hay nada malo con la orientación homosexual, pero sí lo hay en los actos homosexuales. La verdad es que Dios no crea a las personas con una orientación homosexual y además todos esos que son verdaderos homosexuales (incluso aquellos que no estén participando en actos homosexuales) ellos son homosexuales por una posesión demoníaca y por el pecado mortal. Aquellos que se burlan de este reconocimiento son meramente unos infieles liberales que no quieren la verdad ni quieren tomar en cuenta el mundo sobrenatural.

Romanos 1- “Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; sino que devanearon en sus discursos, y quedó su insensato corazón lleno de tinieblas, (…) ellos que habían colocado la mentira en el lugar de la verdad de Dios, dando culto y sirviendo a las criaturas en lugar de adorar al Criador, el cual es bendito por todos los siglos. Amén. Por eso los entregó Dios a pasiones infames. Pues sus mismas mujeres invirtiendo el uso natural, en el que es contrario a la naturaleza. Del mismo modo también los varones, desechado el uso natural de la hembra, se abrasaron en amores brutales de unos con otros, cometiendo torpezas nefandas varones con varones, y recibiendo en sí mismo la paga merecida de su obcecación (…) los que hacen tales cosas, son dignos de muerte, y no sólo los que las hacen, sino también los que aprueban a los que las hacen”.

Romanos 1 nos enseña claramente que estas personas que estaban “dando culto y sirviendo a las criaturas en lugar de adorar al Criador” y “habían colocado la mentira en el lugar de la verdad de Dios” fue la razón porque los entregó Dios a la homosexualidad, que se describe como pasiones infames. Además, Romanos 1 nos enseña claramente que la homosexualidad es “contraria a la naturaleza”, que significa que esta orientación es ajena a la naturaleza del hombre, o sea, que no es infundida por Dios.

Hombres y mujeres que son entregados a la homosexualidad por inundarse con pecados de  impureza – y de este modo adorando a la carne en lugar de adorar a Dios – y por esto ellos son poseídos por el demonio de la lujuria, que se apodera de ellos y corrompe toda su orientación. (Y pueden ser curados de esto). Las personas también pueden caer en la homosexualidad por participar en la idolatría o por acoger una perversa fascinación con los seres humanos que a Dios –, por lo tanto, comenten adoración a la creatura en lugar de adorar al Criador. El hecho de que todos los homosexuales están poseídos espiritualmente por un espíritu demoníaco se confirma por el hecho de que la mayoría de los homosexuales varones pueden ser identificados por sus gestos externos afeminados. ¿Qué explica esto?  Es evidente la presencia del demonio dentro la persona manifestándose exteriormente – los  modales externos y antinaturales que revela la corrupción interna del alma.

Isaías 3, 9 – “El semblante que presentan da testimonio contra ellos; pues, como Sodoma, hacen alarde de su pecado, ni lo encubren: ¡Ay de su alma de ellos! porque se les dará el castigo merecido”.

Nótese que el profeta Isaías, refiriéndose a los homosexuales, dice que “se les dará el castigo merecido”. Esto es muy simular a Romanos 1 citado anteriormente, donde dice San Pablo que el homosexual recibirá “en sí mismo la paga [castigo] merecida de su obcecación”. La verdad de que todos los homosexuales estén poseídos espiritualmente por un espíritu demoníaco también se prueba por el hecho de que la sociedad ha visto recientemente un aumento del número de personas que se consideran sí mismas como homosexuales. Esto es explicado fácilmente por el hecho que con la llegada y expansión masiva del internet y por otros medios tecnológicos han permitido un acceso más fácil a la pornografía y la impureza, y por lo tanto, millones y millones de personas están cometiendo pecados contra la impureza, millones más se están poseyendo por el maligno, e innumerables personas se están haciendo homosexuales. (Y, claro, no todos los que cometen pecados mortales contra la impureza se van hacer homosexuales, así que  si  alguno cree que está bien lo que hace ya nomás porque no es homosexual, aunque esté cometiendo pecados de impureza, se estará engañando gravemente y también estará al camino del infierno y será esclavo del diablo).

Sin embargo, hoy en día todo lo que se oye  decir  de casi todos los “católicos  es que los actos homosexuales son malos, pero que la orientación homosexual está bien – es decir, que no es la culpa de ellos si son homosexuales. Esta es una falsedad que adelanta el crecimiento para la causa del diablo y de la agenda homosexual. Ello tampoco les ayuda a los homosexuales. La idea de que no hay nada malo con la orientación homosexual (que contradice Romanos 1) es responsable por los hechos que: 1) los seminarios del novus ordo se están desbordando de homosexuales; 2) los homosexuales han adquirido un progreso en la sociedad que básicamente sus estilos de vida y “las personas homosexuales” son aceptados en la televisión convencional; y 3)  el “matrimonio” gay ha hecho legal en ciertos lugares. Si aquellos que profesasen ser “católicos” no hubieran abandonado la verdad de que todos los homosexuales están poseídos espiritualmente – y que la homosexualidad es el resultado por el pecado mortal –, nada de esto hubiera pasado. También debe señalarse que las personas que se hacen homosexuales a una edad temprana se debe simplemente al hecho de que fueron poseídas espiritualmente por un espíritu demoniaco a una edad temprana de su vida.

La homosexualidad está condenada por toda la Biblia. La sodomía es uno de los pecados que clama venganza al cielo. Dios destruyó a Sodoma y Gomorra por este pecado.

Judas 1, 7: “Así como Sodoma, y Gomorra, y las ciudades comarcanas, siendo reas de los mismos excesos de impureza y entregadas al pecado nefando, vinieron a servir de escarmiento, sufriendo la pena del fuego eterno”.

Levítico 18, 22: “No cometas pecado de sodomía, porque es una abominación”.

Levítico 20, 13: “El que pecare con varón como si éste fuera una hembra, los dos hicieron cosa nefanda: mueran sin remisión: caiga su sangre sobre ellos”.

Deuteronomio 23, 17: “No haya entre las hijas de Israel ninguna ramera; ni hombre fornicador entre los hijos de Israel”.

1 Reyes 14, 24: “Y aun hubo también en el país hombres afeminados, que renovaron todas las abominaciones de aquellos pueblos que el SEÑOR había destruido al presentarse los hijos de Israel”.

1 Reyes 15, 11-12: “E hizo Asa lo que era justo delante del SEÑOR, como su padre David; y extirpó del país a los afeminados: y le limpió de todas las inmundicias de los ídolos fabricados por sus padres”.

Entonces cuando miramos la aceptación y la promoción de la homosexualidad rampante entre los miembros  del Vaticano II, sabed que ellos están aceptando y promoviendo una abominación. Cuando los vemos tolerar y hasta elogiar la orientación homosexual dentro de las personas que no practican actos homosexuales, sabed que ellos están tolerando y celebrando una posesión demoníaca de un alma.

“La congregación para la doctrina de la fe” del Vaticano sobre las uniones homosexuales: “En la Sagrada Escritura las relaciones homosexuales ‘están condenadas como graves depravaciones, (…) (cf. Rm 1, 24-27; 1 Cor 6, 10; 1 Tim 1, 10). Este juicio de la Escritura por supuesto que no nos permite concluir que todos los que padecen esta anomalía son personalmente responsables de ella, sin embargo, atestigua que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados’. Este mismo juicio moral se encuentra en muchos escritores eclesiásticos de los primeros siglos, y ha sido aceptado unánimemente por la tradición católica”. (Consideraciones respecto a las propuestas de un reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, aprobada por Juan Pablo II el 28 de marzo de 2003)

Aquí vemos una afirmación de un documento oficial del Vaticano que dice que los actos homosexuales son malos, pero que la orientación homosexual no es necesariamente el resultado del pecado mortal. Esto es malvado, no caritativo y falso. Esta tolerancia por la orientación homosexual es la razón por qué los homosexuales son admitidos en los seminarios del novus ordo (Vaticano II). Esta es la razón por qué ultimadamente leemos las increíbles siguientes cosas que hablan sobre el estado de los seminarios del novus ordo:

“Según unos ex seminaristas [del Novus Ordo] y sacerdotes recién ordenados, esta ‘subcultura gay’ es tan prominente en ciertos seminarios que estas instituciones han ganado apodos tales como Notre Flame [amante] (para el seminario de Notre Dame en Nuevo Orleans) y Closet Teológico (para el Colegio Teológico de la Universidad Católica de América en Washington, D.C.). El Seminario de Santa María en Baltimore ha sido premiado con el apodo ‘Palacio Rosita’.

“El Padre Andrew Walter, ordenado para la diócesis de Bridgeport, Connecticut, del 2000, paso varios semestres en la escuela de Baltimore como seminarista de la diócesis de Paterson, Nueva Jersey. El problema era tan horrible cuando él estuvo allí que revelo que ‘algunos de los estudiantes y profesores se vestían con ropas de piel para ir a ‘la cuadra’, lo equivalente de Baltimore que se encuentra en la calle 42nd Street en Manhattan’.  Walter explicó que los seminaristas, a veces acompañados por miembros de la facultad, lo hacían regularmente. ‘Se reunían en el hall de entrada, y después se dirigían a las cantinas gays’”. (Michael Rose, Goodbye, Good Men [Adíos, Hombres Buenos], edición inglesa, Washington, D.C., Regnery Publishing, pp. 56-57)

“Trigilio se lamentó por la subcultura campy [palabra con sentido femenino de la palabra campus] que penetraba el ambiente del seminario. ‘Se decía que, si te ponías una sotana entonces eras una reaccionaria ‘hija de Trento’. Si te ponías ropa interior de mujer, te harían el seminarista del año. Teníamos algunos muchachos que a veces se ponían ropa de mujer, lencería, maquillaje, etc., y algunos que eran muy afeminados. (…) Los de campy en MIS [Mary Immaculate Seminary, Northampton, P.A.] se llamaban entre sí por nombres femeninos…” (Michael Rose, Goodbye, Good Men [Adíos, Hombres Buenos], edición inglesa, Washington, D.C., Regnery Publishing, p. 171)

Hay otros artículos dan más detalles sobre el estado absolutamente increíble de los seminarios del Vaticano II o novus ordo.

1 Corintios 6, 9-11: “¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios?  No queráis cegaros, ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminadosni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avarientos, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los que viven de rapiña, han de poseer el reino de Dios. Tales habéis sido algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y por el Espíritu de nuestro Dios”.

Cuando se les habla la verdad a los homosexualesY conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8, 32)  Porque al conocer la verdad y ejercer los medios para liberarse, los homosexuales pueden y serán liberados de su orientación perversa.

Con respecto al Santo Rosario, la Hna. Lucía le dijo al Padre Fuentes en una famosa entrevista de 1957:
"Mire Padre que la Santísima Virgen le ha dado una nueva eficacia  a la recitación del Santo Rosario en estos últimos tiempos que ahora vivimos.  Tanta es esta eficacia que no hay problema alguno, no importando que tan difícil sea, ya sea temporal o sobre todo, espiritual, en la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de las familias del mundo, o de las comunidades religiosas, o aun de las vidas de las personas y de las naciones, que no pueda ser solucionado con el RosarioNo hay problema alguno, le digo, que no pueda ser solucionado con la oración del Santo Rosario, no importando que tan difícil sea dicho problema.  Con el Santo Rosario, nos salvaremos.  Nos santificaremos.  Le consolaríamos a nuestro Señor y obtendríamos la salvación de muchas almas".

fuente vaticano católico 


Fuente: http://www.vatican.va/archive/ESL0022/_P86.HTM
Texto original:
“Castidad y homosexualidad
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que ‘los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados’ (CDF, decl. “Persona humana” 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.”

Documentos de instancias de la Santa Sede:

Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales
Aprobado por Juan Pablo II el 28 de marzo de 2003, siendo el Cardenal Ratzinger prefecto de esta Congregación.

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