domingo, 19 de febrero de 2012

NUESTRO SEÑOR SANA A UN CIEGO EN JERICÓ

Y Jesús, tomando á los doce, les dijo: He aquí subimos á Jerusalén, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre.
 Porque será entregado á las gentes, y será escarnecido, é injuriado, y escupido.
 Y después que le hubieren azotado, le matarán: mas al tercer día resucitará.
Pero ellos nada de estas cosas entendían, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se decía.
 Y aconteció que acercándose él á Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando;
 El cual como oyó la gente que pasaba, preguntó qué era aquello.
Y dijéronle que pasaba Jesús Nazareno.
 Entonces dió voces, diciendo: Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.
 Y los que iban delante, le reñían que callase; mas él clamaba mucho más: Hijo de David, ten misericordia de mí.
Jesús entonces parándose, mandó traerle á sí: y como él llegó, le preguntó,
 Diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que vea.
 Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha hecho salvo.
Y luego vió, y le seguía, glorificando á Dios: y todo el pueblo como lo vió, dió á Dios alabanza.


                                          Jesús curando al ciego por Eustache Le Sueur , alrededor del año 1645
                                           
                               De una homilía de San Gregorio el Grande 
 
 Nuestro Redentor, en previsión de que sus discípulos se habían de conmover en su mente les predice con mucha anticipación  los sufrimientos de su pasión  y la gloria de su resurrección, a fin de que, cuando deberían verlo morir, como lo había hecho predicho, que no  dudasen y también  de que él  había de resucitar . Pero, puesto que sus discípulos estaban todavía terrenal, de mente, y de ninguna manera capaz de entender este misterio, obró un milagro delante de ellos. Un ciego recibe la vista delante de sus ojos, que si no podía recibir las cosas del cielo por medio de palabras, que podrían ser persuadidos de las cosas celestiales por los hechos.

Pero, amados hermanos, los milagros de nuestro Señor y Salvador debe ser aceptado de una manera doble, tenemos que creer que han sido hechas en realidad, y al mismo tiempo, tenían la intención de significar algo para nosotros. Para las obras de Dios mostraré una cosa por su poder, y otro por su misterio. Por ejemplo, tomemos este milagro presente. No sabemos la historia que este hombre era ciego, pero sí sabemos de lo que era la figura mística. El hombre verdaderamente es ciego, expulsados ​​del Edén, el jardín del placer terrenal, en las personas de sus primeros padres, sin conocer la luz del cielo, y el sufrimiento de la oscuridad de la condenación. Pero, sin embargo, a través de la venida de su Redentor, que está iluminado, de modo que ahora ya se ve por la esperanza de la alegría de la luz hacia el interior, y anda por las buenas obras, en el camino de la vida.

Debemos tener en cuenta también que el ciego recobró la vista, cuando Jesús se acercaba a Jericó. Ahora bien, este nombre de Jericó, se interpreta, Ciudad signifieth de la Luna, y en la Sagrada Escritura  la luna se utiliza como una figura de nuestra carne imperfecta, de cuya progresiva disminución mensual indica  la corrupción de su  tipo. por lo tanto,cuando nuestro Creador se aproxima cerca de Jericó, el ciego recibe la vista. Y debido a que la Divinidad quita en sí mismo nuestra humanidad débil, el hombre recibe de nuevo la luz que había perdido. pues por lo mismo que Dios soporta las humanas miserias, el hombre se levanta hacia Dios. Este ciego es también descrito como sentado junto al camino pidiendo limosna, porque dice la Verdad: "Yo soy el Camino. "

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