domingo, 25 de marzo de 2012

PRIMER DOMINGO DE PASIÓN

               
                           

                                   En Roma, la estación se encuentra en la Basílica de San Pedro.  




Punto doctrinal : El cumplimiento Pascual

La Cuaresma anda ya adelantada. Pronto asomará la "Pascua florida" y entraremos en los conmovedores misterios de la Semana Santa. Hoy mismo, Domingo de Pasión, aparecen los altares y las imagenes cubiertas de luto, anunciando el luto y el duelo de la Iglesia y de todos sus buenos hijos, por la vecina Muerte del Salvador. ¿ Has cumplido tú  ya con Pascua, o te preparas de verdad a cumplir pronto con ese sagrado deber?. ¿ Has confesado y comulgado durante la Cuaresma, o te preparas a confesar y comulgar en esta su última quincena? ¿ cuántos años hace que no te has confesado y que no has comulgado por Pascua? ¿ por qué no lo has hecho? ¿ por qué estás resuelto a no hacerlo tampoco este? ¿ tienes miedo a no ser perdonado? ¿ te parecen demasiado grandes y numerosos  tus pecados?Si piensas así, irrogas gravísima injuria al Salvador, que murió por tí y por tí derramó su sangre. A Dios no le asustan tus pecados, pues desea perdonártelos; en cambio, le ofende tu poca confianza en Él, que es misericordioso y perdonador hasta lo infinito. Confiésate, pues, y vuelca en el Corazón de Jesús tus miserias, que Él te las trocará por riquezas de gracia. A esta confesión bien hecha y a la comunión que la sigue es lo que se llama "cumplimiento Pascual". No lo demores más.

El introito es el comienzo del Salmo XLII. El Mesías implora el juicio de Dios, y protección  contra la sentencia que los hombres se traen contra él. Se muestra también su esperanza en la ayuda de su padre, quien, después del juicio, admite  triunfante en la gloria.

                                          La Pasión de Cristo por un maestro alemán desconocido, circa 1420

Oración colecta
Mira, oh Dios Omnipotente, con ojos de bondad a tu familia: para que con tu gracia oriente su vida material, tu con tu protección mantenga incólume su vida espiritual. Por Jesucristo Nuestro Señor

Epístola.

La lectura de la Epístola de St. Pablol, el Apóstol a los Hebreos. Cap. IX.
 
Hermanos, Jesucristo, el Sumo Pontífice de los bienes futuros, después de haber llegado a parecer, una vez que entró en el santuario por un tabernáculo más excelente y más perfecto, que no se ha hecho por manos humanas, es decir que no se ha formado a través de la común y ordinaria. , Entró una vez en el Santo de los Santos, no con sangre de machos cabríos y de toros, sino con su propia sangre, consiguiendonos  una redención eterna. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros y la aspersión de agua mezclada con las cenizas de la becerra, santifica a los que se contaminaron, y darles una pura externa y carnal, ¿cuánto más la sangre de Cristo por el Espíritu Santo se ha ofrecido a Dios como víctima inmaculada, se limpiará vuestras conciencias de las  obras muertas de los pecados , para que podamos servir al Dios vivo? Y es por eso que él es el mediador del nuevo testamento, que a través de la muerte que sufrió para expiar los pecados cometidos bajo el primer pacto, los que son llamados reciban la herencia eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.
119
Es sólo a través de la sangre que el hombre puede ser redimido. La Majestad hace apaciguar a la ofensa  por el exterminio de la criatura rebelde que, a través de su sangre derramada en el suelo con su vida, dará testimonio de su arrepentimiento y su humillación en el extremo contra el cual se rebeló. De lo contrario la justicia de Dios se ve compensado por el castigo eterno de los pecadores. Todos los pueblos han comprendido, de la sangre de Abel hasta los corderos que fluía en la masacre de Grecia, y en los innumerables sacrificios por el que inauguró la dedicación del templo de Salomón. Pero Dios dijo: "Escucha, oh Israel, yo soy tu Dios. Que no te  hago ningún reproche de tus sacrificios: los holocaustos se llevan a cabo fielmente delante de mí, pero yo no necesito tus cabras o las novillas.¿ Todas estas criaturas son no  mías? Si yo tuviese hambre, no necesito decirte: el universo es mío y todo lo que contiene.¿ Es la carne de los toros  mi comida? ¿La sangre de machos cabríos es una bebida para mí (1)? "Así que Dios manda a los sacrificios de sangre, y dice que no son nada para él. ¿Existe una contradicción? No, Dios es tanto que  el hombre debe darse cuenta de que pueden ser redimidos por la sangre y la sangre de los animales es demasiado grueso para hacer esta compra. ¿Será la sangre del hombre que va a aplacar la justicia divina? Aún no: la sangre humana es impuro y sucio, y además, él era puro, no es capaz de compensar el insulto a Dios. Debe ser la sangre de un Dios, y Jesús está a punto de derramar toda la suya.
A. Salmo. XLIX.
120
En él se cumple la máxima figura de la antigua ley. Una vez al año, el sumo sacerdote entraba al Santo de los Santos para interceder por el pueblo. Penetró tras el velo de encaje en el Arca Santa, pero este formidable para él se supedita a la condición de que no entrar en este asilo sagrado en la realización en sus manos la sangre de la víctima que que tuvo que sacrificar. En aquellos días, el Hijo de Dios, la excelencia de alto por Sacerdote, se introdujo en el cielo, y vamos a penetrar detrás de él, pero esto requiere que viene con la sangre, y la sangre no puede ser distinta a la suya. Veremos a Dios cumplir con este requisito. Abramos nuestras almas, para que la sangre ",  purifique  las obras muertas, como acaba de decir el Apóstol, y ahora servimos al Dios vivo. "

.
CONTINUACIÓN DEL SANTO EVANGELIO


¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis? El quees de Dios, oye las palabras de Dios. Por eso vosotros no las oís, porque no sois de Dios". Los judíos respondieron, y le dijeron: "¿No decimos bien nosotros que tú eres samaritano, y que tienes demonio?" Jesús respondió: "Yo no tengo demonio, mas honro a mi Padre, y vosotros me habéis deshonrado. Y yo no busco mi gloria, hay quien la busque y juzgue. En verdad, en verdad os digo, que el que guardare mi palabra no verá muerte para siempre". (vv. 48-51) Los judíos le dijeron: "Ahora conocemos que tienes al demonio. Abraham murió y los profetas: y tú dices: el que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre. ¿Por ventura eres tú mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió, y los profetas, que también murieron? ¿Quién te haces a ti mismo?" Jesús les respondió: "Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios, y no le conocéis, mas yo le conozco; y si dijere que no le conozco, seré mentiroso como vosotros. Mas le conozco y guardo su palabra. Abraham, vuestro Padre, deseó con ansia ver mi día: le vio y se gozó". (vv. 52-56)los judíos le dijeron: "¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?" Jesús les dijo: "Enverdad, en verdad os digo, que antes que Abraham fuese, yo soy". Tomaron entonces piedras para tirárselas: mas Jesús se escondió y salió del templo. (vv. 57-59)




Desde el Domingo de Pasión en adelante cambia la decoración del templo, y notablemente se modifica el lenguaje de la Iglesia en los divinos oficios; porque, a las enseñanzas morales de las semanas anteriores, a las reiteradas exortaciones con que procuraba inculcar a sus hijos la practica de las buenas obras, a los maternales consejos  con que los animaba para que pusiesen su confianza en Dios, como en un buen Padre que en las luchas de esta vida los rodea de su protección y los cobija con sus alas para defenderlos de las asechanzas del demonio, ha sustituido ahora el llanto, las quejas y las amenazas, que llenan el alma de espanto y de confusión. Es que asiste en estos días al espectáculo más triste y más doloroso que han presenciado los siglos, y con el corazón angustiado contempla a un Dios, que predica la verdad, que se cansa y desvela, que anda los caminos sembrando beneficios, y que, en pago de tantas larguezas y de tantos trabajos, no recibe de los hombres más que desprecios y persecuciones,l y es tenido por malhechor y endemoniado y perturbador del orden público, y vendido traidoramente por uno de sus discípulos, y encarnecido por los soldados, y azotado y coronado de espinas, y condenado a muerte, y, por remate de todo, clavado entre dos criminales en Cruz de ignominiosa.

La Iglesia en estos días se dedica por entero a recordar esos trances de la Pasión, ya presentándolos a la consideración de los fieles  con las palabras de los Sagrados Libros, ya poniéndolos en escenas, en cuanto hacerse puede, para que por sus mismos ojos vean los pecadores como es maltratado el Señor, y con sus mismo9s oídos oigan las lujurias que por ellos tolera el inocentísimo Cordero, sin hurtar sus espaldas a los azotes, ni sus sienes a las espinas, ni sus oídos a las blasfemias y a los falsos testimonios y a las calumnias con que le atormentan hombres desalmados y criminales.Oirán, los fieles a Cristo, diciéndoles palabras de vida eterna,amonestándoles que se aprovechen de su visita, trayendo a su memoria los bienes que ha repartido, por todas partes: le verán regalando a sus Apóstoles con el suavísimo manjar de su carne, mientras uno de ellos resuelve en su mente pensamientos de tracción; lavarles los pies, como si fuese servidor de todos, mientras ellos se disputan el primer asiento en su reino: postrarse en tierra, lleno de temor y de quebranto, orar y sudar gotas de sangre, mientras lejos de ellos de su maestro se dejan dormir; entregado vilmente por Judas, preso y maltratado por los judíos, mientras los suyos huyen cobardemente y le abandonan; amonestando a las hijas de Jerusalén en vía dolorosa, como quién se olvida de sus trabajos por atender el bien ajeno: extender los brazos en la Cruz para orar por los hombres, mientras estos remachan sin piedad los clavos y hacen mofa de sus palabras.

No es sólo de los hombres la lucha que presenciamos estos días, sino que en ella tomaron parte los poderes infernales, instigando a los judíos, inspirándoles sus criminales conspiraciones, y con inaudita rabia moviendo sus labios y sus lenguas para que maltraten al indefenso Cordero y le insulten con palabras más injuriosas.Pero¿ quién sino el demonio podría urdir proyectos como los que los impíos traman contra Cristo en estos días? Venid, dicen desvergonzadamente, cerquemos al justo, porque es contrario a nuestras obras: protesta que tiene la ciencia de Dios por padre: veamos si son verdaderas sus palabras: y si es verdaderamente hijo de Dios,Él le librará de nuestras manos, condenésmole a muerte más infame.( rVIII Maitines del Domingo de Ramos ) .

No hay términos para calificar, ni lágrimas con que llorar la sacrílega conducta de los judíos. Sin embargo, la Iglesia se esfuerza para darles en rostro con ella y expresar el hondo sentimiento que le causa recordando sus palabras, representando todas estas escenas, leyendo la Pasión del Señor según los cuatros Evangelios, haciéndonos oír la voz de los Profetas que habían anunciado las persecuciones de que había de ser objeto el Mesías, poniendo en boca del Salvador reiteradas censuras contra sus calumniadores, y los amargos reproches de los improperios contra la ingratitud de su pueblo por Él tan favorecido. Canta también los Maitines del último triduo antes de Pascua los trenos de Jeremías; donde lamentando el cautiverio de Israel y la ruina de Jerusalén, anuncia y deplora junta y más verdaderamente la dispersión del pueblo deicida y la desolación en que yace la ciudad ingrata que no quiso aprovecharce la visita del Señor. El fin que todo esto se propone es despertar en los pecadores, que son los verdaderos verdugos de Cristo, no solo sentimientos de compasión, que podrían ser estériles para la salud del alma, sino un sincero arrepentimiento de sus maldades, que los mueva a desatarlas y a mudar de vida en adelante: es además aumentar en los justos los sentimientos de compución y amor de Dios, con los cuales enteramente se purifiquen de sus pasadas culpas y se esfuercen para progresar en la vía de la perfección. Y en esto obra con gran acierto y como profunda conocedora del corazón humano; porque¿ qué medio podría con más eficacia darnos a entender la gravedad y la malicia del pecado, que ponernos a la vista a un hombre que a la vez es Dios, en manos de ferocísimos verdugos reducido al estado más lastimoso, en que no tiene figura ni hermosura, escupido su rostro, desgarradas sus carnes, de manera de que sin horrorizarse no se pueda fijar en el los ojos; y todo eso, no solo con permiso, sino por voluntad expresa del eterno Padre, que con trabajos le quebranta, y en el se venga de los crímenes de que se ha hecho solidario ? ¿ Y qué cosa podría despertar en nosotros la confusión y el dolor como el considerar que son nuestros propios pecados que contra el han armado las manos airadas de su Padre ? Pues eso es lo que quiere la Iglesia que atendamos al leer en los divinos oficios las palabras con que escribe Isaías los sufrimientos del varón de dolores : Ha sido traspasado por causa de nuestras iniquidades y quebrantado por nuestros crímenes; sobre Él ha pesado el castigo que nos procura la paz, y con sus heridas hemos sido curados. Errantes andábamos todos como ovejas sin pastor; seguía cada uno de nosotros su propio camino, y el Señor ha hecho recaer sobre Él las iniquidades de todos nosotros ( LIII,5,6).

¿Y qué pudiera obligarnos tan eficazmente a la enmienda y al agradecimiento como considerar la voluntad y el amor con que se somete Jesucristo a tan duras condiciones, y acepta todos los ultrajes y todos los tormentos con que deben ser expiados nuestros pecados ? Porque, si en Él ponemos nuestros ojos y nuestros oídos, desde el huerto de Gestsemaní hasta la cumbre del Gólgota , ¿ que vemos sino la más completa resignación para sufrir tantas crueldades inventa la malicia de sus enemigos? Es maltratado, dice Isaías y él se somete al sufrimiento y enmudece, semejante al corderito que se lleva al matadero, y a la oveja que delante la trasquilan no habre la boca ( LIII,7).¿ Y que oímos de su boca sino palabras de amor, en que se manifiesta su preocupación por el bien de los hombres? - Si me buscais dejad libres a estos. No lloréis sobre mí sino sobre vosotros mismos y sobre vuestros hijos. Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. En verdad te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Y así todo el que asistiendo con atención y con buena voluntad a los divinos oficios acompaña al Salvador en los diversos trances de su Pasión dolorosísima, sentirá como enevitablemente penetrarse su alma de un amor compasivo hacia un Señor que por él sufre cosas tan duras, y espontáneamente le manifestará sus interiores afectos de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario