miércoles, 25 de abril de 2012

SAN MARCOS, EVANGELISTA


                              Estación en San Pedro



San Marcos fué el discípulo e interprete de San Pedro.Predicó el Evangelio en Egipto, especialmente  en alejandría, que le considera como su apóstol y primer mártir. Escribió uno de los cuatro Evangelios y se le representa bajo la figura de un león. Su cuerpo fué trasladado a Venecia, que le tiene como Patrono desde el siglo IX 

MEDITACIÓN
SOBRE LAS LAS MÁXIMAS DEL EVANGELIO y LAS MÁXIMAS DEL MUNDO 




I. El Evangelio es el testamento de Jesucristo, el documento auténtico en el que nos manifiesta su voluntad. Nos instituye sus herederos, a condición de que cumplamos fielmente sus mandamientos. Leamos, pues, el Evangelio, no sea que los olvidemos. Meditemos las verdades eternas que contiene; una sola, bien comprendida, bastaría para nuestra santificación.

II. El mundo también tiene su evangelio, completamente opuesto al de Jesucristo. El Señor nos ordena despreciar las riquezas y llevar nuestra cruz, y perdonar a nuestros enemigos; el mundo aconseja buscar las riquezas, huir de la cruz, y vengarse de los enemigos. Cristo recomienda la humildad y la mortificación; el mundo, buscar los honores y los placeres. Examina qué espíritu te guía: ¿es el de Jesucristo o el del mundo?

III. No trates de convencerte de que los preceptos del Evangelio son para religiosos y no para laicos. No hay dos Evangelios como no hay dos paraísos, uno de los cuales estaría destinado para los religiosos que hacen penitencia, y el otro para los seglares que no hacen nada para salvarse. Dios en su Evangelio habla para todos los cristianos; cuando manda algo, todos están obligados a obedecerle. Aun debieras observar todos sus consejos, en la medida en que te sea posible, porque sería despreciar a Dios no seguir sus advertencias. Mas, ¡ay! los cristianos de nuestro tiempo se contentan con creer en el Evangelio, sin tomarse el trabajo de practicarlo. Siempre tienen el Evangelio en los labios, y su vida está en completo desacuerdo con el Evangelio. (San Cipriano).


D EUS, qui beátum Marcum Evangelístam tuum evangélicæ prædicatiónis sublimásti gratia: tríbue, quæsumus; ejus semper et nn eruditione profícere, et oratione Defendi. Por Dominum nostrum ...







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